Ni la flor que brota en la mañana
ni el riachuelo que comienzaa a correr
ni la desvariada rutina
todo eso cuando emerge,
cuando nace,
no sufre,
mi ser duele, en cambio,
al sentir tu ausencia
y preveer el inicio del real amor.
Realizar odas al lloriqueo y a las lágrimas,
no valen,
decir que estoy mal, sin más,
es triste costumbre,
quiero llevar en mí el verso de la fortaleza,
"el que le canta a su pena nunca gana la guerra".
En recuerdo de los pasados amores, de las gotas saladas que atravesaban las comisuras de mis labios en busca de cariño.
miércoles, 15 de abril de 2009
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